Dama de Elche, has atravesado mi corazón.
Como las cuerdas de un gusli, rasgueo tus nombres
con elevación.
Los crisóstomos en este siglo vegetan en rincones
perdidos.
Los exilian en campos de concentración, en Babi
Yares con
suplicios.
¿Cuántos fusilamientos hay que sufrir para hacerse
un cátaro inmortal,
un cristo menor o grande triunfal?
¡A los viejos, a los vagabundos y a los niños en
este siglo, sálvalos!
No permitas más Gulag, interrogatorios ni guetos,
ni torturas con pinchazos paralizantes de
medicamentos.
¡Que brille la luz
en la celda monástica mundial
y que se abran las puertas de la cárcel hacia la Osa
Mayor maternal!
Nos encuentran allí, a cual más hermosa, mil
quinientas teoengendradoras
y narran con entusiasmo cuentos, relatos, historias
consoladoras...
La Madre de Elche
Alégrate, Dama de Elche, Teoengendradora,
hallada de nuevo después de mil años, Señora.
Del discurso teohumano, la gracia
en la ventana auditiva de la ecclesia Juánica.
La Bienqueriente, grandísima de las grandes,
la Santísima Teoengendradora Virgen-Madre.
Atalanta-Tainit cartaginesa nupcial.
La Divinidad de las divinidades. La ‘sin techo’ errante
fuera del tiempo y del espacio tridimensional.
Amiga, hermana fiel hasta el final.
La Reina inviolable en su trono sin tiempo.
El nuevo Sol del nuevo universo.
No para los narcisistas, sino para los servidores desinteresados.
Para los bogomilos y no para los conquistadores romanos.
La Intercesora y Protectora incansable de los peregrinos.
¡Alégrate, Madre de Elche,
hallada después de siglos
La Divinidad con bisutería atlante
ha visto a la
Dama de Elche?
La diadema
real está adornada con el kolovorot,
el signo del
ungido divino, del mundo gobernador.
La mujer más
bella de Iberia es reconocida,
la Divinidad con
bisutería atlante que estaba escondida.
Alrededor de la
frente como constelaciones están las cruces auditivas.
La Siempre
Virgen María, hiperbórea Madre Divina.
Alias Guan
Min, Tainit y Astarté
en el
univérsum de mil quinientos nombres de la Madre Amante.
Misericordiosísima.
Rigurosa. Amorosa. Bondadosa.
Su frente está adornada con los signos de la Diosa.
Atiende lo que acontece con un millón de auditivas carrozas
Madre Lactante, la intergaláctica Madre Nutridora.
El vacío de
los castillos interiores se colma con su divinidad,
por el ataque
de Yaldabaot ultrajados sin piedad.
Y cuando la
Diosa conversa con sus adorados hijos,
se revelan
riquezas incontables en los carros auditivos.
[1] Monumento del arte íbero
(el siglo IV a.C.) que representa la diosa-madre fenicia Astarte.
[2] Babi Yar es un barranco ubicado en las afueras de Kiev, capital de
Ucrania, que fue utilizado por los nazis para perpetrar una serie de masacres
durante la Segunda Guerra Mundial. En total, se estima que entre 100 000 y 150
000 personas fueron ejecutadas allí. Entre las víctimas, además de judíos, hubo
prisioneros de guerra soviéticos, partisanos, nacionalistas ucranianos, gitanos
y comunistas.
[3] Una palabra formada de dos
conceptos importantísimos: la cruz y el kolovorot
(antiguo símbolo hiperbóreo del sol que gira). Una señal distintiva de Tainit
cartaginesa, la Madre del siglo V a.C. es el carro de la cresola de un
millón de rostros en la frente.
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