miércoles, 23 de mayo de 2012

LA ESCUELA DE MARÍA MAGDALENA



Según la leyenda de los cátaros y su tradición, se relata la historia  María Magdalena como la historia de una Ungida de la Gran Iglesia del Amor.
María Magdalena fue un ideal de pureza, un modelo de santidad perfecta. Durante muchos siglos ella fue un modelo a imitar para los miles de sus fieles seguidores. La llamaban Sagrada Locura del Amor a Cristo.
Esta Ungida pertenece a la rama de los mensajeros del apóstol Juan el discípulo amado. La rama de Juan se diferenciaba de la rama de Pedro. Era una rama no de este mundo, miraba en lo interior y construía el castillo y templo cordial dentro.

La rama de Pedro gravitaba sobre la expansión y la conquista externa, sobre la dominación mundial. Tenía sinfonía con el César romano y degeneró en la ideología del estado.
María Magdalena categóricamente rechazaba los rituales muertos, los dogmas y el formalismo escolástico que cerraban a Cristo. Ella afirmaba que el objetivo del camino espiritual es conocer al Cristo interior, dentro. Que es necesario ser vaso de su amor, y unirse con él, como en uno.

El don del amor ella lo recibía de la Madre de Dios. Las relaciones entre la Madre de Dios y Cristo eran tan amorosas, trémulas y tiernas que tocaban muy profundamente el corazón de María Magdalena. Por ello la Madre de Dios dió a su alumna fiel todos sus dones, se los traspasaba y se transfiguró en ella con su plenitud divina. Este hizo que la llamaran la segunda Teoengendradora.

Los relatos evangélicos cuando ella lavó a Cristo derramando mirró sobre su cabeza, son un gran testimonio sobre la gran fuerza del amor con la que ella realizó este misterioso sacramento. Es sabido que en su tiempo, según la tradición judía y hebrea, la mujer no podía figurar en  los  círculos sociales masculinos. Pero María Magdalena rompió estas condiciones humanas y realizó una gran hazaña del amor.

Los fariseos  tenían un odio feroz contra la anciana solar. Ella fue perseguida, desacreditada por ellos, la llamaban loca, poseída, endemoniada, sectaria y prostituta. La envenenaron con venenos mortales y enviaron asesinos para matarla muchas veces, pero Cristo protegía a su ungida y sus victorias contra los enemigos sirvieron para multiplicar su gloria más y más entre la población. Y así fundó en Europa una escuela de vírgenes enamorados de Cristo.
La llamaban también la Gran Custodia del Grial porque iniciaba en los misterios más allá del Santo Grial. María Magdalena abrió el misterio del Gólgota como un nuevo misterio, el Gólgota como la gran manifestación del amor de Cristo. Para ella la cruz es como un seno nupcial y afirmaba que tres horas y media en ella como lon hizo Cristo, lleva a la apoteosis de su amor. Cristo en la cruz brillaba de amor superante amor solar y deslumbrante.

María Magdalena enseñaba que el segundo advenimiento de Cristo empezó en el momento de la derramación de la sangre divina del cordero en el cáliz. Los ángeles recogieron toda la sangre hasta la última gota, cinco litros en el grial y luego estas gotas se transubstanciaron en mirró.
Era asombroso el esoterismo de María Magdalena. Enseñaba que:

1-Que Cristo no ha venido de Elohim, que ha venido del Padre del Puro Amor. Por eso fue crucificado.

2-Cada persona necesita catársis, purificación total, no sólo de los “pecados”, pero de todas las quimeras y compuestos mezclados.

3-Es necesario alcanzar el escalón de ser no de este mundo totalmente. La gran sabia distinguía entre el amor de Cristo y otras formas de amor humano. Por ejemplo el amor familiar, el conyugal, el erótico, el romántico, etc... Decía que el amor de Cristo sólo se puede abrir para los que han conseguido ser no de este mundo totalmente. Para los demás este amor es inaccesible.

4-Hay que trasladarse al pasional. En este mundo existen las pasiones bajas. En el orden espiritual existen las beatitudes obtenidas por los sufrimientos. En la ascensión por la escalera espiritual estos surfrimientos se multiplican. Los sufrimientos son la lengua misteriosa de la sabiduría. Por medio de esta lengua se abre el misterio del amor puro. Es necesario no sólamente amar, pero alcanzar el grado supremo del amor, la adoración. Amar al otro significa amor superante a Cristo trasladado al prójimo.


En la escuela de María Magdalena la regla es amar, amar al ser humano como a Cristo. La persona es el ser humano sagrado y divino. El escalón  más elevado de la espiritualidad es ver en la persona la divinidad oculta.

Los maestros de la rama de Juan enseñaban que la persona es divinidad de origen celeste, pero que ha pasado en sus diferentes incorpulaciones por el remodelado de adaptación del Príncipe de este Mundo. A causa de este remodelado la persona está mezclada. El objetivo de la catársis es la purificación del remodelado en el interior del ser humano.

Juan de San Grial es un Ungido y heredero de María Magdalena. Quiere abrir a María Magdalena para la humanidad como Madre del Puro Amor. Él afirma que toda la maldad en la tierra será vencida y el hombre cambiará. Pero no violentamente, sino a través de la fuerza del amor puro.
Juan de San Grial proféticamente proclama la nueva época en la que la escuela de María Magdalena ocupará su lugar y engendrará en la tierra muchas antorchas y candiles del amor puro.