lunes, 25 de junio de 2012

EL SENTIDO SUPERIOR DE LA MÚSICA...

Cuando me preguntan “¿dónde está Dios?” contesto: Dios está en la música de Mozart.


Basta con que escuchemos el rumor del auténtico adagio, y permitamos que el sol-menor del quinteto de Mozart nos diga: aquí está Dios, aquí está la presencia de la divinidad.
Esta música es tan genial, que es suficiente su existencia para justificar la vida en la tierra. Para decir que había que bajar a la tierra, con tal de oír estas consonancias fragantes.
Cuando escuchas a Mozart, crees que la vida terrestre es más elevada que la celeste. Es una gran glorificadora de la existencia de la divinidad en la tierra como en los cielos. Mozart nos lleva a los mundos celestes. Él es un compositor del consolaméntum puro y cátaro.


Plasmo en la música lo que no puedo expresar con las palabras. He alcanzado el máximo de algo. Es tal mi oración extática, superapasionada, plasmo en ella la música de los castillos interiores, no dañados por el orden terrestre.

El músico auténtico no interpreta la  música,  la música lo interpreta. Aquí  no es necesario  imponerse personalmente , no importa lo que lleves en tu interior. ¡La música para mí es el reino sonorizado y manifestado de nuestro Padre!

                                                    Juan del Grial, Mozart simfonia 40.

Cuando por primera vez he abierto la música, he comprendido que a través de ella es posible expresar lo absolutamente inexpresable. Se puede expresar el amor de Minné solamente con el lenguaje de la música. Soy maestro de la palabra,  he alcanzado en la palabra la plenitud, en los himnos, en los magnificates,  en las revelaciones,  las interpretaciones etc.

Pero para expresar Minné (el amor supremo), sólo puede hacerse adecuadamente con la música, por eso es necesario estar enamorado de Minné y enamorado de la música para hacerse el instrumento del Amor Supremo. Es necesario estar enamorado de Minné, de la música de Dios y del ser humano. Cuatro amores. Querer al Dios, al ser humano, Minné y la música. Es la plenitud.


Sobre Beethoven...

Nunca Beethoven hablaba sobre aquella  fuerza que le retuvo del suicidio después de la escritura de su  testamento y  la compra de dos pistolas. Él preparaba su suicidio con un cálculo puramente alemán (en el testamento precisamente había indicado, cómo disponer de la propiedad).

¿Que fuerza retuvo a Beethoven?


A Beethoven se le había abierto Minné. Él recibió una revelación del Padre Celeste: que el sufrimiento que se le había dado, tenía un sentido superior. Que la enfermedad de la sordera no suponía una privación, sino, un don y la unción, con que él sería aún más que Beethoven.

A Beethoven se le abrió  el sol de Minné (aunque él no habla sobre esto en ninguna parte) y ha dado a comprender que a través de este sufrimiento él conoce los misterios, imposible en la tierra: entrará en el amor, inexpresable por ningunas palabras. Que su sordera es la condición del mensaje del don grande, que no poseía ningún otro compositor en la tierra.


Solamente esto lo retuvo. Por eso en los diarios de los últimos años él escribía: ‘pido a Dios Padre solamente una cosa: el amor ’ …

Estoy seguro que Beethoven recibió la revelación directa sobre el Dios del amor, y escribió muchas notas en sus diarios sobre el Dios del amor. Pero la censura religiosa los ha borrado y prohibido, ya que la revelación de Minné contradice el canon católico, y a Beethoven lo calificarían de hereje.
Leo los diarios de Beethoven con la misma visión espiritual que leo sobre el Segundo Gólgota Solovkiano.
Beethoven hablaba sobre el Amor superante que une a toda la gente. Sobre este Amor él estaría pensando cuando creó la “Oda a la Alegría”, sobre los versos de Schiller (Alegría, hermosa chispa divina / hija del Elíseo / ebrios de entusiasmo entramos / ¡oh diosa! a tu santuario... ) ¿Cómo pueden abrazarse millones como hermanos? Sólo sobreiluminándose del Amor celeste que los une a todos en una fraternidad universal. Para ello, es necesaria una gran fuerza, una gran Madre... él dedicó toda su obra a Ella.


domingo, 17 de junio de 2012

GUAN MIN SIMBOLIZA EL PURO TAO



Guan Min simboliza el puro Tao, pero hay que enamorarse de este paradójico Tao, para rechazar el materialismo, el racionalismo, los argumentos racionales, la justificación del mal y del mundo.
Ponerse los atuendos de la filosofía del Tao, hacerse discípulo y maestro del Tao, es bodhisatvicidad. Es un término nuevo, ya que Guan Min desprende el aroma del Tao. Ella es la superante. Como bodhisattva, pasó el carro de los mundos obscuros. Venció al príncipe de este mundo. Por eso, bajo sus pies está el dragón. Y con ayuda de una sugerencia de Sofía (sabia): más positividad, no tanta negatividad de la experiencia ascética y de las renuncias, cuanto por sus sellos graciosos, por su presencia, por su manifestación.
Por eso en sus atuendos vemos cuerdas: como timonel del barco, ella ayuda a los que se hunden, para que no se ahoguen. Saca a los suicidas que ya se han arrojado al abismo.
¡La bodhisatvicidad es tan importante para la divinización del hombre! porque la 85ª se constituirá con ayuda de Guan Min, que ayuda a subir por la escalera de los bodhisattvas.
Bodh viene de Budha (despertar), es decir, esclarecimiento. Ella da una sobreiluminación iluminadora, que en lenguaje budista se llama esclarecimiento[1]. Ella enseña cómo liberarse. Este término no existe en el cristianismo, ya que no es posible liberarse ni del yugo del orden de este mundo, profesando el símbolo niceo[2] de Constantinopla. No es posible liberarse del príncipe de este mundo, de sus atracciones magnéticas y trampas, creyendo en el príncipe de este mundo.


A medida que se asciende por la escalera bodhisátvica, aumenta la soledad, el desierto. Por fin llega una crisis profunda: ¡no, no es posible, lo que quiero es imposible! ¿dónde está este Tao? ¡dadme la llave dorada! ¿cómo liberarme del orden de este mundo estando en el mundo? ¿cómo hacerme habitante terrenal despierto, siendo condenado  a cadena perpetua  en la tierra, como un preso de esta red de campos de concentración? No me ayudan las profundidad de la catarsis, ni la conversación recóndita, ni la confesión, ni las lágrimas, ni el arrepentimiento, nada me ayuda. He pasado 25, 50 años, y nada me ayuda: se ha profundizado, me hundo cada vez más, y cuanto más me quiero liberar de las leyes de este mundo, más firmemente me mantienen. Esta es la verdad real a la cual se enfrenten las almas.



Y luego el tercer esclarecimiento: a solas no se puede uno liberar. Hay que tener un amigo, un maestro, un padre cerca, una madre. El bodhisattva no tiene sexo, él es un padre y una madre a la vez, un hermano y  una hermana. Hay que tener un anciano, una anciana. Y aquí aparece la bodhisattva de los bodhisattvas. Es la preceptora, la Reina de las reinas. Cristo es rey de los ungidos. ¿Quién es Guan Min? es la Reina de los bodhisattvas, es la madre de todos los esclarecidos y nacidos por segunda vez. Es el vivo santo Grial. En sus manos está el jarro con los aceites mírricos y el cáliz, simbolizando el seno de la divina Madre del segundo nacimiento. Es la Madre del segundo nacimiento de las divinidades y de los bodhisattvas, que es como un puente de arco iris entre Dios y el hombre. Este segundo nacimiento no es posible sin esta bodhisatvicidad, sin este camino del Tao, de las paradojas completas, sin ser  paradójico.
                                                                



sábado, 16 de junio de 2012

LA NUEVA DIVINIDAD GUAN MIN



La Madre Divina GUAN MIN está llenísima de infinita misericordia, de una misericordia regia. Es aquella que escucha a todos los necesitados. Ella corona con una corona real a aquellos que actúan limitándose únicamente al lenguaje de la compasión infinita.
Guan Min es la que nos guía en el camino fuera del orden de este mundo. Ella nos extrae fuera de las ilusiones y los sueños hipnóticos. Una sola mirada a Ella estremece  todo el ser, que se enternece, diciendo: He aquí, ella es mensajera del mundo de la misericordia infinita. Y no hay nada más. Sólo mírala, síguela. 
Guan Min es fundadora de la nueva religión de la bondad y misericordia divinas, libre de la magia del culto y del tótem, que son propios de todas las religiones mundiales, a causa de la zombización causada por los valores falsos, y a causa de la pérdida del valor altísimo y primordial que es el teoantropos solar inmortal.





Para entrar en el mundode la divinidad GUAN MIN de la luz ilimitada, de la bondad inenarrable de Guan Min, para contemplar y meditar divinamente sobre los arquetipos, es necesario el trabajo incesante sobre sí mismo, bajo la guía del anciano, en cuyas manos está el cetro conductor. Y él nos dirá cómo liberarnos de las quimeras fatales y radioactivas que obsesionan a los que ahora se ponen en el camino de la espiritualidad universal.

Es importante el despertar. Es necesario el nuevo nacimiento en el seno desde lo alto y el esclarecimiento infinito que nos conduce a la contemplación del bien absoluto. Es lo que nos enseña Guan Min, que es la hipóstasis real de la bondad celestial. Guan Min está sobre la Osa mayor, en el sol de minné en el cénit, en el cisne blanco y en decenas de otras constelaciones bondadosas. Su pie no pisó ninguno de los doce signos del zodiaco.
La dominante elohímica del diosecillo déspota judeo-cristiano malo, llevó a la malhomización. Y ahora se revela la divinidad bondadosa, Guan Min, la Madrecita honrada, gran abuelita. Ella cancelará con un solo toque de su mano todo el mal mundial, donde el fuerte puede dominar, puede poseer. La ley es para los tontos y flojos. Esto será vencido por Guan Min. Para nosotros, la fuerza está en la capacidad de morir por amor.

En la corona de Guan Min hay doce perlas de bondad que resplandecen para todos los mundos: divinidades bondadosas, candiles bondadosos, bodhisattvas, budas, cristos, pastores bondadosos, buenos mundos y civilizaciones de la luz, bondadosos hermanos y hermanas de la caridad, animales domésticos infinitamente bondadosos, buenas aves, bestias y peces, buenos pensamientos y buenos corazones, buena visión, buenas palabras y actos; al final, los protectores bondadosos y llaves bondadosas para la salvación. He aquí que os he nombrado 12 perlas. Claro que está la perla número 13, la más hermosa, viva: Guan Min, que se ha revelado a mi mirada interior.