Trasladémonos al divino Neuschwannstein, siglo XIX: el castillo de caballeros de los reyes de Babiera, Luis II de Babiera. Luis, el virgen. En su castillo vivían confidencialmente ocho de sus amigos, bajo la protección de uno de los 16 astros bondadosos: el Cisne Blanco. El culto del Cisne Blanco estaba extendido por todas partes. Y el lago mágico. Sobre este lago apareció el santo Grial. El lago se llamaba el Lago de los Cisnes. Tres días después, el compositor Tchaikosvsky, al ser invitado por Luis II de Babiera, estuvo tan encantado por el Lago de los Cisnes, que recordó este lago en su ballet El lago de los cisnes. Es una de las piezas más conmovedoras de Guan Min. Una de las historias más conmovedoras del santo Grial, que está llena de minné, que cura.
Trasladémonos al divino Neuschwannstein, siglo XIX: el castillo de
caballeros de los reyes de Babiera, Luis II de Babiera. Luis, el virgen. En su
castillo vivían confidencialmente ocho de sus amigos, bajo la protección de uno
de los 16 astros bondadosos: el Cisne Blanco. El culto del Cisne Blanco estaba
extendido por todas partes. Y el lago mágico.
Sobre este lago apareció el santo Grial. El lago se llamaba el Lago de
los Cisnes. Tres días después, el compositor Tchaikosvsky, al ser invitado por
Luis II de Babiera, estuvo tan encantado por el Lago de los Cisnes, que recordó
este lago en su ballet El lago de los cisnes. Es una de las piezas más
conmovedoras de Guan Min. Una de las historias más conmovedoras del santo
Grial, que está llena de minné, que cura
VIDEO:
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Así, Neuschwannstein se
encontraba bajo el cuidado directo de las 16 constelaciones bondadosas, en
particular del Cisne Blanco. En Neuschwanstein, según la antigua tradición
cátara del Grial, se custodiaba el santo Grial, el cáliz intergaláctico de la
sangre mírrica, del Padre novio, del amor sobrecelestial, del corazón santo, sacré
coeur (del corazón sagrado) y de la santa sangre, la bebida de la vida eterna,
beatitud e inmortalidad… regalado a las mujeres mirróforas y a los caballeros especialmente
consagrados a minné, aquellos que han pasado la escalera de la ascensión de
minné, de los misterios de minné. Luis era uno de los grandes iniciados, uno de
los 8 caballeros del santo cáliz.
Luis, como bodhisattva, aún siendo rey, llevaba su cruz. Fue el
último yuródivo, calumniado por sus cortesanos por su amundanidad. Luis deseaba
llevar a Baviera el santo Grial, pero la gente no estaba preparada. Lo
proclamaron loco, despilfarrador del tesoro estatal, querían llevarle a juicio.
Pero el parlamento se apiadó, aunque le quitaron el trono y finalmente Luis se
ahogó en el lago. Se sospecha que le mataron. Desapareció tres días, y
encontraron su cuerpo sumergido en el lago de los cisnes. En su lecho
mortuorio, envolvieron al rey en un traje negro simple, pero finalmente se
avergonzaron y lo revistieron en vestimentas reales. Su cuerpo emana los aromas
fragantes de las reliquias céreas.
Así, Neuschwannstein se
encontraba bajo el cuidado directo de las 16 constelaciones bondadosas, en
particular del Cisne Blanco. En Neuschwanstein, según la antigua tradición
cátara del Grial, se custodiaba el santo Grial, el cáliz intergaláctico de la
sangre mírrica, del Padre novio, del amor sobrecelestial, del corazón santo, sacré
coeur (del corazón sagrado) y de la santa sangre, la bebida de la vida eterna,
beatitud e inmortalidad… regalado a las mujeres mirróforas y a los caballeros especialmente
consagrados a minné, aquellos que han pasado la escalera de la ascensión de
minné, de los misterios de minné. Luis era uno de los grandes iniciados, uno de
los 8 caballeros del santo cáliz.
Luis, como bodhisattva, aún siendo rey, llevaba su cruz. Fue el
último yuródivo, calumniado por sus cortesanos por su amundanidad. Luis deseaba
llevar a Baviera el santo Grial, pero la gente no estaba preparada. Lo
proclamaron loco, despilfarrador del tesoro estatal, querían llevarle a juicio.
Pero el parlamento se apiadó, aunque le quitaron el trono y finalmente Luis se
ahogó en el lago. Se sospecha que le mataron. Desapareció tres días, y
encontraron su cuerpo sumergido en el lago de los cisnes. En su lecho
mortuorio, envolvieron al rey en un traje negro simple, pero finalmente se
avergonzaron y lo revistieron en vestimentas reales. Su cuerpo emana los aromas
fragantes de las reliquias céreas.
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