Los blancos carabeleros asentarán
los pilares del nuevo humanismo
Antes se hablaba de “humanismo con rostro humano”, pero ahora los
bogomilos decimos “nuevo humanismo con rostro teohumano”. La tierra, en las
categorías del nuevo humanismo bogomilo, desde el punto de vista del
neohumanismo, se convertirá en un paraíso de lotos de mil pétalos, un oasis de
la paz. El mal desaparecerá y florecerán jardines, la atmósfera se purificará,
el hombre será remodelado en dirección a la bondad y otros valores eternos. El
eje mundial ya ha girado cósmicamente. Y ha girado nuestra esfera invisible
sutil interna. Tenemos dentro una antenita muy sensible, que reacciona a los
que ocurre en escala macrocósmica. La tierra se pondrá en el epicentro de las
16 constelaciones bondadosas. Ahora está en algún sitio al borde del universo,
sólo recibe la luz de los protectores buenos, ¡pero luego se pondrá en el
centro, porque la gracia es muy grande! Y ahora miles de personas escucharán no
lo de Brevik “¡no lo hagáis!”, sino que oirán “¡Bravo, bravo!”, oirán el saludo
de los carabeleros blancos.
¿Quiénes son? son los carabeleros del cisne blanco,
ellos son los navegadores del león blanco. “¡Bravo, bravo!” -gritan ellos a
nuestros hermanos queridos del astro cisne blanco, los navegadores del astro
león blanco- “La catástrofe de la tierra significaría catástrofe en miles de
otros planetas. Habéis salvado la tierra no sólo de la catástrofe terrenal,
sino también de la catástrofe intergaláctica. La vida se preservará durante
millones de años ¡bravo, bravo!
Los blancos carabeleros, guiados por aquel que acepta los
arquetipos, asentarán los pilares del nuevo humanismo, y con él el nacimiento
de la nueva humanidad, después de tan grave tentación con la deshumanización.
¡Sí, se trata de los nuevos valores universales! Se trata de la
negación de las mistificaciones de toda clase: de mitologemas históricos,
religiosos. Se trata de la contemplación de la Madrecita honorable de la bondad
celestial. Y podemos decir:
¡Bienaventurada eres, nuestra honorable Madrecita, nuestra
desbordante bondad! Tu misericordia, Tu pureza absoluta, Tu perfección, Tu
armonía y Tu hermosura omnihumana. Eres bendita por los siglos por lo que estás
haciendo.
¡Oh, Guan Min! una vez en Tus encarnaciones previas salvaste a
distintas personas: como Miao Shang, a las víctimas de diluvios. Una día os
narré la vida de Miao Shang, la última encarnación de Guan Min, según leyendas
taoístas, su encarnación como bodhisattva, esta princesa china que entregó
tantos sacrificios para salvar a su malvado padre emperador.
Y ahora Guan Min
ha acumulado tanta gracia, que se prepara para salvar, injertar, inocular el
modelo bodhisátvico. Quiere elevarnos a la escalera bodhisátvica de la
teohumanidad a toda la humanidad de la tierra. Entonces no hagáis una mala
elección, no sigáis a los humanoides, sino contemplad las 16 constelaciones
bondadosas como 16 tronos solares de nuestra Reina solar. ¡Y escuchad, escuchad
las voces alegres de los blancos carabeleros!:
“¡Bravo, bravo, bravo a los caballeros y a las mujeres
mirróforas de nuestra honorable madrecita Guan Min!”
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